Vania Pigeonutt
Vania Pigeonutt
Tere Montaño es una reportera con 30 años de experiencia trabajando en el Estado de México. En su carrera se ha distinguido por cuestionar como pocos la corrupción política en su entidad. Asimismo, ella ha experimentado de primera mano la violencia que viven las y los periodistas mexicanos.
Ha sido secuestrada; ha sufrido hostigamiento, amenazas, precariedad laboral y censura. Su estado es un reflejo de la criminalidad que impera a nivel nacional con círculos complejos de violencia, incluida la violencia feminicida contra las mujeres.
“He sido fixer sin saber que lo era. La primera vez que me comenzaron a buscar fueron periodistas de España, de (el periódico) El País. Los apoyé varias veces. No recuerdo quién les pasó mi número, pero yo con toda la buena intención les apoyé con los contactos que tenía a la mano”, recuerda.
Tere tiene bien precisa la fecha en la que los periodistas foráneos comenzaron a buscarla con mayor frecuencia. Fue a partir del 30 de junio de 2014 cuando un grupo de militares asesinó a 22 civiles en San Pedro Limón, Tlatlaya, Estado de México, en la zona limítrofe con el estado de Guerrero.
“Puse a los compañeros en contacto con otros compañeros para que pudieran ir juntos a las zonas más peligrosas del estado”, dijo.
Tere no conocía el término fixer en un inicio. Como muchos otros periodistas locales, ella ha sido generosa compartiendo con otros colegas lo aprendido a lo largo de muchos años de experiencia.
En su carrera como periodista local ha encontrado obstáculos—demandas y otros procesos legales—que la han excluido de publicar en medios nacionales. Por eso ella entendió muy temprano en su carrera de fixer que su labor como tal debe ser justamente remunerada.
Al no encontrar trabajo en publicaciones del Estado de México, ella mantiene su portal, The Observer, un medio bilingüe que verifica y califica las declaraciones de funcionarios del gobierno. Pero esta labor resulta insuficiente para solventar sus gastos. Así que a la par de su trabajo periodístico atiende una lonchería.
Para Tere la precariedad laboral en el Estado de México se agudizó por la pandemia de COVID-19. La violencia se mantiene, pero en su opinión, el buscar otras opciones para obtener recursos es una cuestión de sobrevivencia.